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11 En aquel mismo día fue roto el pacto; así los afligidos del rebaño que me observaban, conocieron que era la palabra del Señor(A).

12 Y les dije: «Si les parece bien, denme mi paga; y si no, déjenla». Y pesaron como mi salario(B) treinta monedas de plata(C). 13 Entonces el Señor me dijo: «Arrójalo al alfarero (ese magnífico precio con que me valoraron)». Tomé pues, las treinta monedas de plata y las arrojé al alfarero en la casa del Señor(D).

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